martes, 22 de noviembre de 2022

2022-11-22 Cuando el miedo te inunda eres más propenso al hackeo

Cuando el miedo te inunda eres más propenso al hackeo

¿Cómo serían las cosas si los ciberdelincuentes pusieran su conocimiento de la naturaleza humana al servicio del bien?  

Lo más probable es que el mundo digital sería un mundo mejor, más empático.

Luego de años de producirse muchos casos de hackeo,  se puede llegar sin dudad a la conclusión de que sus manipulaciones ponen de manifiesto un conocimiento muy exhaustivo de las emociones, necesidades y miedos de las personas.

Podría parecer que están dotados de la capacidad de adivinación; nos contactan cuando más preocupados estamos con la factura de la luz, los precios de la cesta de la compra, la inflación o cuando están esperando un paquete importante.

Al meditar en esto, surge la pregunta: ¿Son los ciberdelincuentes una suerte de psicólogos o sociólogos?

Probablemente no, pero conocen muy bien cómo funcionan las necesidades humanas, y cómo el miedo y estrés aparecen cuando estas necesidades se encuentran amenazadas, afectando a nuestra toma de decisiones.

Por eso, períodos de incertidumbre como el actual son la materia prima perfecta para nuevos tipos de fraude digital, y debemos estar más atentos que nunca. La emoción nubla la razón y en la medida en que todos tenemos anhelos y necesidades somos vulnerables.


Maslow y las necesidades humanas

A Abraham Maslow 1908 – 1970, se lo considera el padre de la psicología humanista, cuya principal premisa es que todas las personas tienen un intenso deseo de realizar su potencial, para alcanzar un nivel de autorrealización, estar en armonía consigo mismo y con su entorno.

En definitiva, la tranquilidad.

Teóricamente, las personas nos movemos y actuamos para satisfacer un conjunto de necesidades, que se ordenan de forma jerárquica, desde las más básicas a otras más trascendentales.

Solo cuando la base está satisfecha, podemos pasar a plantearnos las necesidades superiores de autorrealización.

Los ciberdelincuentes son extremadamente buenos detectando las necesidades y preocupaciones de cada nivel de la pirámide, siempre acorde a los tiempos.

 


 Estos son ejemplos de fraudes digitales y debemos aprender a ver las señales de alerta:

Necesidades básicas: Techo, comida, calor, sueño.

La incertidumbre respecto a los precios nos deja a merced de llamadas que dicen que nos suben el precio de la luz, después nos llaman para decirnos otra empresa que nos ofrece un descuento considerable... uno no sabe de quién fiarse, y esa es la mejor opción: damos las gracias, decimos que nos lo vamos a pensar y que ya contactaremos nosotros a la empresa. Si se ponen nerviosos… podemos estar seguros de habernos librado de un intento de fraude.

 

Necesidades de seguridad: Protección sobre los elementos externos, seguridad, orden, estabilidad, trabajo, eliminación de riesgos o miedos.

Ofertas de trabajo que llegan milagrosamente a través de sms o whatsapp, mensajes de la agencia tributaria que nos da una alegría y respiro diciendo que este año nos devuelven dinero... todo demasiado bonito para ser real. Y esa es la clave, cuando suena demasiado bien, lo mejor es desconfiar

 

Necesidades de pertenencia y afecto: Amistad, intimidad, confianza y aceptación, recibir y dar cariño y amor. Afiliarse, ser parte de un grupo (familia, amigos, trabajo).

Hay un fenómeno que cogió fuerza durante el confinamiento, debido al aislamiento social y la falta de afecto, y son los fraudes en apps de citas.

Estos fraudes han seguido evolucionando adoptando múltiples caras.

Pero no es la única forma de fraude a través del afecto.

De repente aparece un pariente lejano que llega por sorpresa a reunirse con la familia y le han retenido las maletas en el aeropuerto por no pagar las tasas, o ese amigo que hace tanto que no vemos y nos dice "¿ya no te acuerdas de mí?"… los malos se ponen creativos rozando guiones sacados de telenovela.

 

Necesidades de autoestima: que Maslow clasificó en dos categorías: 1. Estima por uno mismo: dignidad, logro, dominio, independencia; y 2. La necesidad de ser aceptado y valorado por otros, estatus y prestigio.

La relación entre fraude, vulnerabilidad y autoestima es estrecha. Y la realidad digital ha añadido más complejidad si cabe.

Existen investigaciones que ponen de manifiesto cómo las compras digitales tienen que ver con la autoestima y el hedonismo.

Las estadísticas, por su lado, muestran que el e-commerce crecerá en España un 17% en 2022, casi el doble que en la UE.

 Con este caldo de cultivo, no sorprende que la paquetería se haya convertido en el sector preferido para realizar ataques de phishing.

Instagram es otro catalizador de la autoestima o de prestigio. Si tenemos una cuenta personal, o una cuenta profesional, para nuestro proyecto o empresa, las estafas en Instagram dan para un artículo entero.

 

Necesidades de autorrealización: Conocimiento y comprensión, curiosidad, exploración, realización del potencial personal, crecimiento personal o lo que llama Maslow, experiencias cumbre.

En estos niveles la creatividad despliega sus alas: proliferan fraudes más relacionados con criptomonedas, NFT, inversores… público más selecto, pero no exento de riesgo.

 

Nuestra debilidad es nuestra fortaleza: Escudo social frente a la ingeniería social

En tiempos de crisis, mantener nuestra seguridad y la de nuestros seres cercanos, es fundamental.

Puede que en nuestro círculo conozcamos a alguien que esté pasando por un bache y sus necesidades le hagan más vulnerable ante alguno de estos fraudes.

Debemos protegernos unos a otros.

 Si recibes un mensaje que te hace sospechar, tener un amigo cercano con quien poder chequear el mismo o decirle a quien te llama que lo vas a consultar con un familiar y le devolverás la llamada, puede darte el tiempo justo para que los malos decidan abandonar.











jueves, 3 de noviembre de 2022

2022-11-03 METODOS Y HERRAMIENTAS PARA GESTIONAR TUS DEUDAS


 

Deudas, palabra que algunas veces da una luz de esperanza pero que en la mayoría de los casos al ser escuchada, se relaciona con historias de terror y dolor para algunos.  

Estas son parte del día a día de la economía de un hogar o de una empresa. 

Casi nadie puede permitirse el lujo de comprar una casa, un coche o maquinaria y pagarlo de una sola vez. 

Endeudarse, por tanto, no es un problema, pero sí lo es no gestionar bien esas deudas. 

Entender esta gestión como una estrategia para cuidar la salud financiera y hacer frente con solvencia a las obligaciones adquiridas son las claves para acometer proyectos con éxito.




Endeudarse implica  adelantar el dinero del futuro al presente para que nos ayude a afrontar proyectos y nos dé calidad de vida, pero es básico hacer un presupuesto para poder afrontar las deudas, es así como lo explica Dositeo Amoedo, presidente de la Asociación de Educadores y Planificadores Financieros (AEPF). 


Elisabet Ruiz, profesora de Economía y Empresa en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC): “Endeudarse es bueno si hay una planificación. Lo malo es cuando no la hay”.


Adquirir una deuda, por lo tanto, sería positivo cuando se hace para comprar una vivienda, un coche o empezar un proyecto, pero no lo es tanto cuando la deuda se utiliza para resolver un problema y, sobre todo, no es nunca una buena opción cuando no se tiene la seguridad de poder afrontar la devolución del dinero solicitado y los correspondientes intereses.






Solo para ponernos en contexto: en España, por ejemplo, la deuda de las familias en diciembre de 2021 ascendía a 704.000 millones, según los datos del Banco de España. 


La mayor parte de este endeudamiento correspondía precisamente al pago de la hipoteca, que en 2021  supuso el 73,5% del total de las deudas de los hogares españoles, según cifras del supervisor.


Al otro lado del océano, en países como México, el 56,9% de los hogares (20,9 millones) tiene alguna deuda, ya sea a través de una hipoteca (4,2 millones) o mediante préstamos personales, tarjetas de crédito, créditos de nómina o cualquier otro tipo de préstamo (19,7 millones de hogares). Del valor total de la deuda doméstica, también es la hipotecaria la que registra un mayor peso en la balanza, con un 55,4%, según datos extraídos de la Encuesta Nacional sobre las Finanzas de los Hogares (ENFIH).


Por su parte, en Argentina, y según el Banco Central de la República Argentina (BCRA), en septiembre de 2021 el saldo estimado de deuda privada representaba el 6,5% del PIB para las familias, lo que supone una bajada de casi un punto respecto al mismo período de 2020 (7,3%).  Una situación que, según el gestor, se deriva de las condiciones más favorables para el crédito que se pusieron en marcha con las nuevas políticas de impulso crediticio.






Planificar, la clave

En este contexto, crear un presupuesto mensual o anual, que incluya las deudas, es el mejor camino para que no se conviertan en un problema. 

Los expertos consideran que el límite de la capacidad de endeudamiento de una familia está alrededor del 35% de los ingresos netos mensuales. 

Este porcentaje debe incluir los gastos derivados de la devolución de todos los préstamos y créditos contratados: desde una hipoteca hasta el pago a plazos de un coche o las cuotas de las tarjetas de crédito.


Para hacer una buena planificación basta, en principio, con seguir un protocolo doméstico. 


Estas son algunas pautas básicas:


Mida los gastos y los ingresos: Calcule los gastos fijos (hipotecas, préstamos) y los variables (alimentación, recibos mensuales de luz, agua, gas, comunidad…) y los que se pagan una o dos veces al año (seguros de coche, de casa). Luego, sume los ingresos mensuales y haga una simple resta. De esta forma es fácil saber si se puede hacer frente a las deudas.


Reduzca gastos: Si la resta sale negativa, es necesario reducir gastos. Las apps móviles que ofrecen información categorizada de los movimientos del día a día pueden aportar una información muy útil a la hora de encontrar los gastos de los que es posible prescindir.


Genere un colchón para imprevistos: Es una opción para hacer frente a gastos inesperados. Calcule una cantidad equivalente a lo que sumarían sus gastos medios totales en seis meses.


Implemente en su economía la regla del 50/30/20. Es un método de administración que reparte los ingresos en tres categorías: el 50% para el alquiler, la hipoteca, los recibos, el transporte; el 30% para salir a comer, compras, ocio; y el 20% restante para ahorrar o amortizar las deudas.


Cambie de hábitos: Si ha logrado reducir sus deudas, pero vuelve a retomar hábitos poco saludables para su economía, las deudas volverán. Es necesario reflexionar y tomar conciencia de los errores cometidos.


Adquiera conocimientos financieros: Estudie la tipología de productos que puede encontrar en el mercado, tanto para seguir adelante con sus proyectos como para gestionar sus deudas: qué supone usar la tarjeta de crédito, qué tipo de créditos le ofrecen las entidades bancarias, qué tipos de interés se manejan.


Busque a un profesional financiero: Tanto si tiene problemas como si no, la educación financiera es básica. Nunca está de más pedir orientación a los profesionales.




6 normas básicas para que las deudas no nos quiten el sueño 


  1. Evitar pedir nuevos préstamos para cancelar deudas previas.

  2. Usar la tarjeta de débito mejor que la de crédito; así se evita pagar intereses.

  3. Huir de soluciones rápidas y fáciles con entidades que no nos conocen ni conocemos.

  4. Modificar hábitos para eliminar gastos innecesarios.

  5. Respetar siempre nuestro plan de financiación.

  6. Si se sobrepasa el nivel de endeudamiento recomendado y se tienen problemas para hacer frente a una deuda, acudir a una institución financiera de confianza, donde, por ejemplo, tengamos domiciliada la nómina o las cuotas de los créditos.

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TOMADO DE : https://www.bbva.com/es/salud-financiera/como-gestionar-las-deudas-herramientas-y-metodos-para-hacerlo-correctamente/


CYBERSEGURIDAD

  ¿Qué es la ciberseguridad? Es lo que hacen las organizaciones para proteger sus propios datos y los de sus clientes de ataques malicioso...